Ganar el juego dos de Las Finales le dio a los Suns el 89 por ciento de posibilidades de ser campeones de la NBA, de acuerdo con la estadística para equipos que se ponen dos a cero en la serie al mejor de siete, y se van a quedar con el título quizás tan rápido como la próxima semana.
Decir que van a barrer es subirse con exceso de valentía al tren que conduce Chris Paul, pero sí que tienen todo para ganar un juego en Milwaukee y regresar a casa el próximo sábado para cerrar el trabajo y levantar el trofeo Larry O’Brien por primera vez en su historia.
Así lo demostraron en los primeros ocho cuartos que hemos visto, perdiendo sólo tres de ellos por un máximo de tres puntos (cuartos cuatro y uno, respectivamente) y repitiéndole la dosis de 118 puntos totales a su rival, lo que no deja dudas de lo superiores que han sido.
La clave a grandes rasgos ha sido su movimiento de balón para involucrar a todos los titulares, que promedian muy por arriba del doble dígito anotador, con excepción de Jae Crowder, y mantener su sentido de urgencia en la defensiva para limitar al elenco de los Bucks y hacer que el monstruoso desempeño de Giannis Antetokounmpo se quede sólo en anécdota.
Los Phoenix Suns ganaron el juego dos de las finales de NBA ante los Bucks. Getty ImagesSi lo analizamos a detalle, la forma de sacar ventaja en los duelos de guardias es lo que hace a los Suns tan favoritos a estas alturas, porque tanto Paul como Devin Booker han mantenido su regularidad y cada uno ha sido aplastante en un juego, superando la barrera de los 30 puntos y asistiendo en gran volumen, sin que alcance el personal del otro lado para limitarlos.
Este jueves, Jrue Holiday cambió su asignación principal de Booker a CP3, y aunque bajó su productividad de 32 a 23 puntos, apenas logró que tuviera una asistencia menos, cediendo del otro lado una puerta abierta para que Booker tomara todo lo que quisiera, especialmente un par de sus siete triples a principios del último cuarto que apagaron cualquier intento de remontada.
Ahora vendrá la respuesta de los Bucks y lo natural es que ganen el juego de este domingo en casa, pero más allá de si logran poner la serie 1-2, lo importante es qué tipo de ajustes hacen para meter a los Suns en verdaderos problemas que Monty Williams no pueda resolver a lo largo de la serie, quizás ser más agresivos contra Deandre Ayton y sacarlo por faltas ante la baja de Dario Saric y la lesión de Torrey Craig.
Honestamente se ve muy difícil para Miwaukee, sencillamente porque Suns han demostrado ser un mejor equipo y porque sus individualidades no han estado a la altura para hacerle daño de manera constante a una defensa que no te regala nada, con excepción de Giannis que el jueves rompió la marca de más puntos en un cuarto en Finales en 25 años.
Arizona tiene cinco oportunidades más para ganar dos partidos y su objetivo será robarse uno en Fiserv Forum, si lo logran será hora de poner a enfríar la champaña y celebrar de manera oficial al equipo más constante de la NBA en las últimas dos temporadas, el que tiene el mejor récord de todos desde el regreso al juego tras la pandemia.
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