La música me lo ha dado todo, me ha abierto las puertas en todos lados, tanto en las iglesias católicas y como acompañar a grandes artistas de fama local, nacional e internacional, afirmó el maestro pianistas Iván Eloy Niquete Lugo, quien debutó en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, en el barrio de San Cristóbal de esta ciudad.
El maestro Niquete toca en misas, también protagoniza noches románticas y bohemias en diferentes escenarios, con repertorio sacro, clásico y popular. El pianista, quien en pasado días cumplió 41 años de edad y es vecino de la calle 81 por 56 de la colonia Centro de Mérida.
En entrevista a PRESIDIO Yucatán, el maestro comentó que debutó en San Cristóbal, acompañando celebraciones eucarísticas. La primera misa que tocó fue en octubre de 1995. “Empecé a dar primeras muestras de aptitudes musicales a los siete años y empecé a tomar clases con mi mamá, Suemy Lugo y en la escuela de música Juan Sebastián Bach. Cuando tenía 12 años de edad fui a pedirle a monseñor Manuel Vargas Góngora, en ese tiempo que era párroco de San Cristóbal, la oportunidad de tocar el órgano”.
“Cuando fui a la oficinas parroquiales espere y cuando me tocó turno, el presbítero le preguntó qué quería. Él le explicó al sacerdote que era músico, que iba a la misa los domingos y le gustaría mucho tocar el órgano. El sacerdote le dijo: aquí ya tenemos organista. Habla con él y si te da la oportunidad es problema de ustedes”, agregó.
Iván Niquete siendo inexperto, le dio la oportunidad el maestro Gumersindo Poot Canché, que también era organista titular de la Catedral.
“A mis 12 años de edad, y mi maestro Gumersindo, de unos 70, hicimos una conexión y desde hicimos una buena amistad y eso me llevó a aprender más de la música sacra católica, donde el maestro me impartió clases en las tardes los miércoles y luego dos veces por semanas”, mencionó.
El maestro Iván Niquete recuerda que su cerebro estaba como una “esponjita” y veía la forma de tocar de su maestro, con la solemnidad que había que imprimir a las grandes ceremonias; la majestuosidad a los himnos; la piedad a los cantos alusivos, el uso del órgano, el cuidado de las partituras, en buen vestir, la puntualidad. Detalla que en el ambiente de iglesia conoció al cantautor yucateco Felipe de la Cruz en una kermés y le pidió que lo acompañe en tres temas. De ahí el maestro me dio oportunidad de comenzarme a subir a un escenario fuera de la iglesia, tenía unos 18 años de edad, comenta.
Iván Niquete comenzó a presentarse con más artistas entre ellos, Armando Manzanero, Tania Libertad, María Medina, Jesús Armando, Angélica Balado, Sergio Esquivel, entre otros.
Entre sus anécdotas del pianista destacó cuando acompañó a la maestra María Medina, en esa ocasión la iba tocar la canción “Cómo yo te amé” y lo tocó la versión de Luis Miguel, la cantante le dijo que no así, por ellos me acompañas Iván Niquete, porque eres un músico que tiene creatividad y se escuche más bonita.
Desde ese momento el maestro Iván Niquete empezó a improvisar y darle un toque más bello a cada nota de las canciones.
“Como músico amo todos los géneros, tanto así a los cantantes que acompaño, les gusta como toco el piano y tampoco estoy peleado con la creatividad”, resaltó Iván Niquete.
“Hago las canciones de mis amigos compositores como mías, en buen sentido de la palabra, y gracias a eso se han sido hits musicales”, agregó.
Otra de la anécdota que ha pasado en la carrera artística de Iván Niquete, es cuando se casó el empresario Víctor Rodríguez, quien mencionó que al estar tocando en la misa, estaba presente el maestro Armando Manzanero, quien no lo dejaba de ver, en un momento dado se le acercó y le dijo que si lo podía acompañar con la canción “Esta tarde vi llover”, de la cual le gustó, desde ese entonces acompañó en varios conciertos.
“Desde ese entonces me volví el pianista oficial de Don Armando Manzanero y de su familia, acompañando a las hermanas Martha y María Elena Manzanero, tocando el piano de color blanco del maestro que le fue obsequiado por Yamaha; en sus fiestas se tocaba todo tipo de música, menos del maestro Manzanero”, resaltó.
Entre sus anécdotas negativas del maestro Iván fue a los 18 años cuando en la misa de los yucatecos a la Basílica de Guadalupe, de la cual se preparó de antemano, pero al estar de frente del órgano tubular, se dio cuenta que la teclas estaban invertidas, es decir que las negras son blancas y viceversa, saliendo mal la canciones de esa Celebración Eucarística.
El maestro finalizó que cuando está en el piano y escucha una canción, que son cómo paloma una ala es la letra y la otra es la música, cuando las dos alas están buenas, vuelan las canciones.
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